Afterburn by Sylvia Day

Afterburn by Sylvia Day

autor:Sylvia Day [Day, Sylvia]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2013-08-15T04:00:00+00:00


Capítulo

7

Se tumbó de espaldas a mi lado y gruñó:

—No siento las piernas.

Me reí. Sabía cómo se sentía. Sentía una especie de hormigueo por todo el cuerpo, como si estuviera despertando tras una larga hibernación.

Lo cual, por desgracia, era cierto.

Volvió la cabeza hacia mí. Lo miré.

—Hola —dijo. Agarró mi mano y se la llevó a los labios para besarla.

—Hola —me quedé mirándolo y vi en sus ojos esa suave ternura que había echado tanto de menos.

—Siento que no hayamos llegado a la cama.

—No pasa nada —sonreí—. No me he quejado.

—Te llevaré en cuanto pueda caminar.

—¿Te estás haciendo viejo, Rutledge? —bromeé, consciente de que a sus veintinueve años estaba en la flor de la vida.

Miró el techo alto, con sus bonitas molduras.

—Estoy desentrenado.

—Sí, ya —me puse el brazo sobre la cara para ocultar mi reacción. No soportaba pensar en él con otras mujeres. Me ponía enferma—. Leo los periódicos, ¿sabes?

—Acompañar a una mujer a algún sitio y follar con ella son dos cosas distintas —se inclinó sobre mí. Agarró mi muñeca, me retiró el brazo por encima de la cabeza y dejó al descubierto mi cara—. Pero me alegra saber que me has seguido la pista.

—No te he seguido la pista.

Volvió a enseñarme su hoyuelo.

—De acuerdo.

Se puso de rodillas y se apoyó sobre los talones para quitarse el preservativo. Se movía con naturalidad, ágilmente, pero al ver su polla todavía medio dura y satinada por el semen se me hizo la boca agua.

Me incorporé apoyándome en los codos y me lamí los labios.

—Ven aquí.

Respondió al instante. Su polla se puso rígida y se alargó.

—Dios, Gia.

Me acerqué a él.

—A la ducha —dijo con voz ronca, y se levantó tambaleándose. Luego me tendió la mano—. Si no me ducho, sabré a goma.

—No me importa.

—A mí sí —tiró de mí—. En cuanto te la meta en la boca, pienso quedarme en ella un buen rato.

Lo miré fijamente. Me parecía tan absolutamente sexy allí de pie, alto y con el pecho desnudo, con los vaqueros desabrochados y bajados y la polla al aire, curvándose hacia su ombligo… Nunca había visto nada tan descaradamente erótico y masculino.

Aquel era el Jax que conocía. Y al que tanto amaba.

—Joder, eres tan sexy… Tan dulce y maravillosa —murmuró mientras pasaba el pulgar por mi labio inferior, hinchado.

—Ya —esbocé una sonrisa mientras me echaba un vistazo. Mis vaqueros y mis bragas rotas colgaban de una de mis piernas y tenía la camiseta subida por encima de los pechos. Sin duda tendría todo el pelo revuelto—. Hablas como un hombre que acaba de tener un orgasmo y quiere otro.

—No —me agarró de la barbilla y me hizo levantar la cabeza—. No puedes pedirme que te dé todo lo que tengo y luego tomártelo a broma. No es justo.

—No —contesté—. No lo es, ¿verdad?

Comprendí por cómo tensó la mandíbula que había captado la indirecta: él me había tomado a la ligera a mí… y luego me había dejado en la estacada.

Se puso en cuclillas y sujetó mis pantalones para que yo pudiera sacar la pierna.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.